Poesía española en las tres décadas posteriores a la Guerra Civil: Miguel Hernández, Blas de Otero y Gil de Biedma
1. MIGUEL HERNÁNDEZ
En este contexto aparece un poeta «inclasificable» pero de un talento poético único: Miguel Hernández. Su obra poética abarca poco más de una década. En ese tiempo se observa, no obstante, una intensa evolución en su quehacer poético, que va desde una obra inicial vinculada a la tradición, enraizada en los clásicos, hasta una poesía personalísima, de intensa emoción humana. Se dice que en su poesía de M.H. sólo hay tres temas: la vida, el amor y la muerte.Su trayectoria poética la podríamos dividir en tres etapas:
- Poesía de corte gongorino, ultraísta. En sus primeros años, Miguel Hernández escribe poesía en la línea de los poetas del 27 en su juventud. La obra más característica de esta etapa es Perito en lunas (1933). Se trata de una obra muy hermética, con enorme complejidad de las metáforas empleadas.
- Poesía subjetiva de corte amoroso. La obra cumbre de este periodo se titula El rayo que no cesa y está compuesta principalmente por sonetos en los que el amor se aborda desde una perspectiva petrarquista: la amada es idealizada y presentada como una causa de sufrimiento para el poeta. Aunque el estilo es más sencillo, todavía se aprecian en ellos ciertos resabios culteranos. El rayo que no cesa se considera la obra más acabada y perfecta de Miguel Hernández. Se incluye en esta obra también la grandiosa «Elegía a Ramón Sijé».
- Poesía social, comprometida y de guerra. En este periodo se inscriben los libros Viento del pueblo y El hombre acecha. M.H. abandona la estética culterana, adopta un lenguaje al alcance de todos y se compromete ideológicamente con el pueblo que sufre la falta de libertad, con versos de profundo contenido social.
- Por último, en la cárcel compone buena parte de los poemas del Cancionero y romancero de ausencias, un libro profundamente conmovedor en el que el poeta depura de nuevo su expresión para hablar de las consecuencias de la guerra, su situación de prisionero y, sobre todo, el amor a la esposa y al hijo. Destacan las «Nanas de la cebolla».

2. POESÍA DE LOS AÑOS 40: POESÍA ARRAIGADA Y DESARRAIGADA
En 1944, Vicente Aleixandre publica Sombra del paraíso y Dámaso Alonso, Hijos de la ira, que serán dos libros clave de la posguerra. En el segundo, Dámaso Alonso llama a su generación «desarraigada», por su desmembramiento a raíz de la guerra; en oposición, a los poetas más afines al régimen y preocupados por los asuntos formales del verso se los llamó generación «arraigada».- Poesía arraigada: Se encargaba de cultivar temas tradicionales y universales como el amor, la naturaleza o el sentimiento religioso. Se sitúan en torno a dos revistas: “Garcilaso” y “Escorial”. Algunos de ellos son: José García Nieto, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivancos y Dionisio Ridruejo.
- Poesía desarraigada: Tiene un tono más humano, refleja las inquietudes y preocupaciones de la dura posguerra. Eran un grupo de la revista “Espadaña”. Destacan Victoriano Crémer, Luis Rosales, Leopoldo Panero y Blas de Otero.

3. POESÍA DE LOS AÑOS 50: LA POESÍA SOCIAL
La situación del país evoluciona notablemente. Sin embargo, la libertad no progresa de igual manera, una férrea censura silencia la voz de los poetas que querían denunciar las injusticias. Los poetas que cultivan esta poesía social son Blas de Otero, José Hierro, León Felipe, Gabriel Celaya. Este último afirma que «la poesía es un arma cargada de futuro», así que los poetas utilizan sus versos para denunciar la situación política y social de España. Los temas que aparecerán en sus poemas son la injusticia social, la falta de libertad y el desarraigo. El tema de España adquiere de nuevo una gran importancia. El lenguaje es sencillo y coloquial, porque sienten los adornos estéticos como fuera de lugar en esos tiempos de resistencia y, además, quieren llegar a todo tipo de lectores. Se sienten «obreros» del verso, trabajadores de la palabra, y a través de ella quieren cambiar la sociedad en la que viven. Es lo que se ha dado en llamar del «yo» al «nosotros», que de alguna manera sintetiza el paso de la poesía existencial a la poesía social.Blas de Otero
En lo que se refiere a su trayectoria poética, suelen diferenciarse tres etapas.- Etapa existencial. Blas de Otero comienza su andadura poética dentro de la poesía desarraigada española. En esta línea se encuentran Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
- Etapa social. Este ciclo se inicia en 1955 con Pido la paz y la palabra y continúa con En castellano y Que trata de España. Aquí la poesía es un instrumento para cambiar la sociedad y de denuncia de las injusticias.
- Etapa de la experimentación. Desengañado con respecto a la eficacia de la poesía como instrumento de transformación social, el poeta retorna a su intimidad y se acerca al imaginario surrealista. Historias fingidas y verdaderas y Mientras son obras fundamentales.

4. POESÍA DE LOS AÑOS 60: LA GENERACIÓN DEL 50 O DE MEDIO SIGLO
Se denomina generación del 50 o generación del medio siglo a un grupo de poetas que comenzaron a publicar sus primeras obras en esta década. La etiqueta suele aceparse para designar y agrupar a los siguientes escritores: Ángel González, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Jaime Gid de Biedma, José Agustín Goytisolo, Francisco Brines, Carlos Sahagún y Antonio Gamoneda.Comparten con la generación anterior la visión crítica de la sociedad, pero no son poetas sociales. Se interesan por el ser humano en sus obras, pero no poseen intención política ni pretenden cambiar la sociedad.
Los rasgos que los caracterizan son:
- Preocupación fundamental por el hombre y sus problemas, pero abandonando todo dramatismo.
- Inconformismo frente a la realidad que viven, aunque no es el tema exclusivo, y por eso se alejan de la poesía social.
- Hacer una poesía basada en las experiencias personales cotidianas.
- Temas: Intimismo, lo cotidiano, la soledad, la marginación y la incomunicación humana.
- Estilo: interés por los valores formales del poema, búsqueda de un lenguaje personal, ironía y utilización de la metapoesía.
Gil de Biedma
Su poesía constituye un eslabón entre los poetas sociales y los creadores más jóvenes de los sesenta. Al igual que los poetas de su promoción, la experiencia tiñe toda su poesía.El propio Gil de Biedma se refiere a dos temas recurrentes en su poesía: «el paso del tiempo y yo». Utiliza su biografía para criticar el mundo de su infancia a través de la ironía. Por eso está en conexión con los poetas sociales, pues se refiere a una realidad política y social, pero se diferencia en el uso del lenguaje,
eliminando todo el populismo y palabra fácil.
Otro de los grandes temas de la poesía de Gil de Biedma es el amor, caracterizado en su vertiente erótica más audaz. Hay una aceptación franca de la sexualidad en respuesta al cinismo y la falsificación de los sentimientos de la sociedad. Esa concepción del amor supone una agresión a la doble moral burguesa.
La obra de Gil de Biedma se caracteriza por su brevedad. Como poeta, da a conocer seis libros muy breves, recogidos en su volumen final, Las personas del verbo. Publica después Poemas póstumos, su último libro. Pese a la escasez de su obra, por su calidad y perfección ha conseguido mantenerse como un punto de referencia, tanto para poetas sociales como para los de la generación posterior, los llamados «novísimos».
En la Barcelona de 1970 se publica la polémica antología de Nueve novísimos poetas españoles, que incluía a Pedro Gimferrer, Leopoldo María Panero, José María Alvarez, Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix y Ana María Moix. En las antologías que siguieron a ésta se irían añadiendo otros nombres: Antonio Colinas, Jenaro Talens, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, Miguel D’Ors, entre otros.
NOTA: Aunque la década de los años 70 no pertenece a las establecidas en el título, incorporo la obra de los Novísimos como aportación de la poesía que se realizaba en España en el surgimiento de la democracia y el final de la dictadura.
5. POESÍA DE LOS AÑOS 70: LOS NOVÍSIMOS

Esta es la primera generación de poetas nacidos después de la Guerra Civil, que comienzan a escribir en una «sociedad de consumo», que mantenía una estrecha formación católica tradicional, donde los niños se evadían a través de la lectura de tebeos, a la espera de quedar deslumbrados frente al cine americano,
las primeras televisiones y los discos de jazz y pop-rock. Defendían el
individualismo y el irracionalismo, la modernidad; se sentían cercanos a
las vanguardias, al surrealismo, a los escritores malditos y a los
decadentes. Les gustaba incorporar a sus poemas objetos de gusto kitsch, un léxico suntuoso o muy tecnicista y referencias al cine, a la música y los cómics. Fascinados por la cultura francesa y anglosajona, se alejaban conscientemente de la realidad española que les rodeaba, haciendo que sus poemas dieran cabida, en largas enumeraciones, a referencias, glosas y citas en varios idiomas de pintores, directores y actores de cine y escritores de medio mundo. Las referencias culturales se acumulaban en los poemas indigestando la lectura y alejando al escaso público que se acercaba a la poesía de la época.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus consultas y comentarios son bienvenidos.